¿Se puede ser alternativo al Sistema sin ser nacionalsocialista? Por Ramón Bau

“…Creo que las cosas más importantes que puede hacer la gente responsable es hablar abiertamente, dejar de permanecer en silencio.”
William Pierce

Como mi respuesta es que no es posible, y como es evidente que hay ‘alternativos’ al Sistema que no se consideran nacionalsocialistas, así pues, es preciso exponer claramente las razones en las que me baso para esta afirmación.

Para empezar hemos de establecer qué se necesita para ‘ser alternativo’ al Sistema actual, que definiremos como la conjunción de valores progresistas junto a una economía de mercado global en un sistema único de poder con aspiraciones mundialistas.

No es posible oponerse a este Sistema sin combatir o apoyar una serie de temas esenciales:

– Combatir el poder de la finanza, el endeudamiento global y los grupos asociados a ese poder económico sobre el político.
– El Bien común antes del privado. Socialismo comunitario. Defensa de la propiedad privada solo si no va contra el Bien común y proviene del trabajo, riesgo, inventiva, etc.
– Combatir la invasión inmigratoria masiva. Apoyar en sus países a los pueblos con necesidades.
– Apoyar la identidad de los pueblos frente a la idea mundialista de ciudadanos del mundo.
– Apoyar la familia tradicional basada en el amor y su función educativa y generadora.
– Promover valores como el Honor, Valor, Austeridad, defensa de la Verdad, etc.
– Combatir el sexismo (pornografía, prostitución, publicidad sexista, etc.) y sus degeneraciones.
– Promover una economía popular, sin paro, autocentrada y no global, un mercado controlado por el Estado.
– Promover el arte como forma de elevación popular, combatiendo el arte-basura actual.
– Promover una educación tanto física como cultural antes que la profesional. Disciplina y esfuerzo como esencia educativa.
– Defensa del amor a la Naturaleza, a los animales, no solo esa idea de ‘mercado verde’.
– Apoyo a una espiritualidad personal, sin confesionalismos, pero sin antirreligiosidad.

Creo que todos los grupos antisistema apoyarían estos puntos, sin excepción, y desde luego los apoyamos los nacionalsocialistas.

Sin embargo, hay puntos que se tildan de ‘propios’ del nacionalsocialismo y que no son aceptados por otros ‘antisistema’, y en eso nos vamos a centrar. Veamos estos temas:

1- Racismo.

Suele ser el tema que presentan para no ser nacionalsocialistas muchos alternativos. Pero, como veremos, ellos también son ‘racistas’ aunque no lo digan.

El método que usan es definir mal lo que es ‘racismo’, que lo asimilan a supremacismo blanco, odio a otras razas (xenofobia), determinismo genético…

Se basan para ello en las mismas definiciones que dan nuestro común enemigo, el Sistema, y algunos errores que en este tema cometieron dirigentes del III Reich.

Sin duda, si ‘racismo’ fuera despreciar a otras razas, o creerse superior solo por ser blanco o creer que los genes raciales determinan nuestra conducta de una forma directa, el racismo sería inaceptable para los propios nacionalsocialistas serios.

Pero hay más: La defensa de la ‘identidad’ es general en el tema alternativo frente al mundialismo del Sistema. Pero cuando los alternativos tratan de definir la ‘identidad’ se encuentran con un problema evidente. Si la asignan al idioma, tradiciones o costumbres, historia… se encuentran con el problema de que los inmigrantes de otras razas que asuman esos temas deben ser aceptados como ‘identitarios’. Una España de moros que hablen castellano, bailen jotas o flamenco, al cabo de unos años de ‘historia’, serían los ‘españoles’. Eso les dejaría perplejos si lo analizasen seriamente.

Porque la identidad solo es permanente y sostenible si tiene una ‘cierta’ base étnica además de las culturales (que en una parte están determinadas por esa base étnica).

De forma que defender la ‘identidad’ exige una base ‘etnicista’, solo que oculta bajo otro nombre.

Todos los alternativos que defienden la ‘identidad’ popular son unos racistas ocultos. Muchas veces ocultos para evitar leyes represivas o para evitar ser catalogados de ‘nazis’, cosa que por lo demás no consiguen en absoluto.

En realidad suele ser el miedo a ese rechazo (o persecución) por ‘nazis’ el motivo esencial de presentarse como ‘identitarios’ sin hablar de la base étnica de la identidad.

2- Democracia y dictadura.

Muchos grupos de alternativa siguen teniendo un respeto ‘divino’ por la palabra democracia, y consideran al NS como tendente a la dictadura al declararse antidemocrático.

Todos ellos condenan la partidocracia actual, el poder del dinero en el sistema electoral actual, pero aceptando la votación y la ‘democracia verdadera’, aunque no suelen plantear cómo van a evitar los males de la partidocracia actual manteniendo la ‘democracia’.

Este tema tiene unas bases equivocadas:

a- Creer que la alternativa a la ‘democracia’ es la dictadura, o pensar que así se considerará si condenasen la ‘democracia’.

Aunque todos aceptan que deberían ser elegidos los ‘mejores’, que hayan demostrado trabajar para la comunidad, la palabra ‘meritocracia’ no la usan por respeto y ‘táctica’ con la palabra ‘democracia’.

Por supuesto el NS está totalmente contra la dictadura. Y su condena a la ‘democracia’ es debida a que en su REALIDAD el sistema democrático es una dictadura hipócrita del poder del dinero, una plutocracia.

b- Usar el sentido etimológico de la palabra ‘democracia’ es absurdo. Por supuesto el NS propone el poder para el pueblo, no es ni monárquico ni teocrático. Etimológicamente defendería una meritocracia, que sería una democracia donde para presentarse se debe demostrar cualidades de mérito, y donde la elección no tuviese intervención del poder del dinero.

De la misma forma que hoy algunas democracias no dejan votar a los militares o retiran el voto a ciertos delincuentes, el NS pide retirar el voto a quienes cometan actos contra el bien común. Y no permitir presentarse a elecciones a quienes no hayan demostrado valía y trabajo.

c- Todos los alternativos aceptan que en las democracias de masas la gente no conoce al votado y por tanto vota según la propaganda de los medios de masas, que están en poder del dinero.

Este tema es ’antidemocrático’, y no es posible eliminar este poder del dinero en la propaganda y los medios de información de masas sin ser acusados de ‘dictadura’.

El problema es siempre cómo recoger y expresar ese poder popular.

En una palabra, la ‘democracia’ real existente es una tiranía al servicio del dinero. Los cambios necesarios para hacer ‘justa y realmente popular’ la elección democrática es lo que propone la meritocracia del NS. La denuncia contra la democracia del NS es una denuncia contra la realidad, no contra la etimología de la palabra.

Cuando un alternativo debe exponer su posición ante la ‘partidocracia’ actual y plantear alternativas reales, se acercará cada vez más, totalmente, a la posición NS. Solo por táctica y miedo se niegan a este trabajo de concretar una democracia ‘real’ nueva pues significaría combatir las bases actuales de lo que la gente llama ‘democracia’.

3- El tema judío y sionista.

Las alternativas huyen como de la peste de tratar este tema. Hablan de los grupos de poder financiero, del dominio del dinero sobre la prensa y los medios de masas, pero nunca se atreven a recordar el enorme poder que tienen los medios judeo-sionistas en este tema.

Se creen que el NS es básicamente antijudío, contra todo judío por serlo. Cosa falsa, aunque históricamente se haya dado a veces este tema. Pero, como doctrina, el NS combate toda xenofobia y reclama para todo pueblo su derecha a un Estado y su libertad.

Ningún alternativo aprueba los grupos de poder judíos en la finanza y su excesivo dominio en la sociedad, pero no los nombran por miedo táctico o legal. Si quitamos ese miedo a denunciarlo, esta es la posición del NS.

Algunos alternativos apoyan a Israel por islamofobia, y aceptan por ello el ‘sionismo’.

Curiosamente, el NS siempre apoyó y apoya la existencia de un Estado para todos los judíos. Y desde luego no nos gusta la influencia islámica en Europa (como aún mucho menos la inmensa influencia de los medios judíos financieros en Europa y USA).

Pero no hay islamofobia porque respetamos totalmente las formas islámicas en sus países.

Desde luego si un ‘alternativo’ apoya la política supremacista y genocida de Israel contra los palestinos y sus países vecinos en ese caso sí que NO es nacionalsocialista.

Pero un Estado de Israel pacífico, que haya compensado a los palestinos por sus tierras y sobre todo que reúna a todos los judíos del mundo es una posición totalmente NS.

Actualmente Israel es un Estado genocida y una ayuda para los grupos financieros judíos en los demás países. Que la política de USA la dirija Israel no es debido a Israel sino a los grupos financieros de USA.

La defensa de la Verdad es un principio aceptado por todos los alternativos, pero cuando se les pide que defiendan a los revisionistas y su libertad de opinión, muchos se callan cobardemente para evitar ser acusados de ‘nazis’. Los NS aceptamos errores y crímenes durante la guerra en el III Reich, no pretendemos que todo fuera bien, pero la versión oficial es una enorme mentira y en todo caso la defensa de poder exponer otras versiones debería ser parte de esa ‘defensa de la Verdad’. Una vez más, no es por ideología que los alternativos ocultan este tema, sino por miedo a ser llamados NS.

4- El Recuerdo y Honra a los héroes del pasado.

La defensa del Honor es apoyada por todos, y no honrar a los caídos en lucha por las ideas alternativas es un agravio al Honor.

Hay que honrar a Dominique Venner o Duprat, pero en cambio los alternativos tienen miedo de honrar a Rudolf Hess o Léon Degrelle, aunque todos ellos tenían una cosmovisión similar.

Promueven libros de intelectuales como Benoist o Guénon, pero no pueden anunciar los libros de un Goebbels que murió por sus ideas combatiendo, no es su casita escribiendo.

Una vez más no es un tema de ideología, sino de miedo a significarse. Los NS apreciamos a Venner, Duprat, Guénon o Benoist, pero no tenemos miedo de honrar a Goebbels o Hess.

No se trata de divinizar a Hitler ni a Mussolini, ni de negar errores que pudieran haber cometido, pero sin duda han influido muchísimo en las ideas alternativas al Sistema actual. No reconocerlo no es un tema ideológico sino de miedo y táctica.

5- Estado, Europa y Pueblos: centralismos y separatismos.

El nacionalsocialismo es una cosmovisión del mundo, dentro de la cual puede haber divergencias políticas concretas.

Hay paganos y cristianos, hay más afectos a los Estados y más partidarios de la Europa de los Pueblos.

El nacionalsocialismo desea la conservación de los pueblos, sus lenguas, culturas, tradiciones, la diversidad frente a la homogeneidad universalista. Esto es normalmente apoyado por toda alternativa al Sistema mundialista y global. También es evidente para todos la necesidad de Europa como única manera de poder enfrentarse a los poderes financieros mundialistas. Ningún país por si solo puede hacerlo.

Ahora bien, el cómo llegar a esa Europa unida y a la vez respetuosa con los pueblos que la componen es algo debatible. Puede ser a través de los Estados nacionales, o con más o menos formación de Pueblos-Estados federados, las formas concretas son diversas y todas aceptables si se llega al final a esa Europa necesaria y a ese respeto a los pueblos.

Un centralismo excesivo o un separatismo divisor, el chauvinismo nacionalista o un desprecio a la historia de cada Estado son errores claros, pero las medidas intermedias son todas aceptables y debatibles dentro del NS.

Las posiciones de alternativa no suelen estar fuera de ese marco debatible en el NS, salvo los ‘nacionalismos’ estatalistas muy cerrados. Pero por táctica en España, por ejemplo, se asume a veces un centralismo unificador excesivo, que no correspondería a sus ideas sino a la búsqueda del voto.

Conclusión

A nivel de ideología y cosmovisión del mundo, todas las alternativas revolucionarias antisistema tienen las bases compatibles con el nacionalsocialismo, siendo culpa del miedo y/o las tácticas para evitar problemas o lograr votos las que hacen que se oculte esta realidad: los fascismos en su sentido amplio son el precursor y la base de todas las alternativas revolucionarias contra el Sistema.

Hoy los alternativos revolucionarios suelen ser adaptaciones legales, sociales y tácticas de los principios ‘fascistas’ y nacionalsocialistas, junto a miedo a la represión.

El Sistema ataca a los alternativos, pero de una forma suave y discontinua, mientras los nacionalsocialistas son demonizados de forma continua y radical.

Los nacionalsocialistas solo tenemos esa ventaja: en todo momento el enemigo eterno, incontestable, manifiesto y absoluto del Sistema somos nosotros. Eso nos garantiza estar en la buena dirección.

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