En estos últimos días han salido en la prensa, y en internet, varias noticias y vídeos sobre el acto por la División Azul donde habló Isabel Peralta, así como diversos actos y denuncias de la fiscalía sobre Bastión Frontal en Madrid.
Isabel Peralta tiene sólo 18 años, estudia Historia, es una joven oradora que ha expuesto ideas muy interesantes, junto con un discurso muy combativo en el acto de homenaje a los caídos de la División Azul.
También ha sido noticia, gracias a sus actos y su presencia en Twitter y en Facebook, el grupo Bastión Frontal.
En ambos casos son jóvenes y tiene ideas muy correctas en muchos temas, pero hay un gran peligro de que acaben en prisión.
Algunas declaraciones de Isabel Peralta son especialmente de alabar:
1- Su denuncia de Vox y de la derecha. “¿Las diferencias? Ellos son sionistas, capitalistas, demócratas y constitucionales. Nosotros no”. Y algunos han declarado que casi prefieren a Podemos que a Vox, lo que no significa que prefiramos a Podemos sino que el peligro mayor entre los alternativos revolucionarios ha sido siempre la tentación repugnante de irse a la derecha por votos y cargos.
2- En una entrevista concedida a El Español explica Isabel: “Nunca me definiría nazi. Me considero nacionalsocialista y fascista, pero para mí nazi es un rapado que aparece en las películas de Hollywood y ya está. No considero que un nazi sea un nacionalsocialista”. “Un nacionalsocialista lleva otro tipo de vida. En él impera la elegancia, escucha a Wagner, no se dedica a hacer el macarra y el vándalo, sino que lucha por unas ideas y sigue firme a ellas. Un nacionalsocialista nunca podría llamarse nazi. La palabra se ha descontextualizado y se ha empleado para denigrar”. Totalmente de acuerdo, y pocos se atreven a decirlo.
Los dos problemas
1- En ambos casos es muy probable que acaben con un proceso de la Fiscalía debido al uso de las palabras en sus discursos, actos o pancartas.
Este es un problema esencial a tener en cuenta. No se trata de lo que uno piense sino de cómo lo expresa.
Aunque nosotros no estamos contra los judíos por el mero hecho de ser judíos, si cuando denunciamos los grupos de poder, lobbies, el poder en los medios de difusión de grupos sionistas, el supremacismo talmudista, el genocidio en Israel contra el pueblo árabe, la esclavitud del mundo al capitalismo y el papel de soporte esencial de los grupos financieros sionistas sobre el capitalismo, etc… si usamos solo la palabra ‘judíos’ o ‘judío’ en general sin especificar claramente que no todos, ni por ser judíos, son los culpables, no solo no es cierto lo que decimos sino que caemos en la ilegalidad. La fiscalía busca prohibirnos, especialmente a nosotros, así que no debemos darle facilidades. Ídem puede pasar cuando al atacar la inmigración ilegal o la invasión masiva, podemos caer en xenofobias o discriminación. Hay que cuidar las palabras.
Los procesos cuestan mucho dinero, arruinan la vida de los jóvenes, hacen imposible la constancia de años y años de lucha con los problemas que contrae la prisión o las dificultades de encontrar trabajo posteriormente, etc.
Hoy la lucha es a largo plazo, la constancia es más importante que quemarse en poco tiempo.
2- Incluso cuando una persona trata de ser legal tiene que tener cuidado de no mezclarse con un ambiente de violentos y descerebrados, que van a cometer algún tipo de tropelía, que no solo les afectará a ellos sino al grupo.
No solo hay que denunciar a los gamberros con esvástica, hay que procurar no mezclarse con ellos en actos donde puedan cometer agresiones que impliquen facilidades a la fiscalía del Sistema para acabar con el grupo y con los dirigentes correctos.
La legalidad no es un respeto al Sistema sino una necesidad absoluta táctica actual.
Por una lucha constante, legal y ética.