200º aniversario de la Revolución griega de 1821

«Las montañas contemplan Maratón
Y Maratón mira al mar
Y meditando allí una hora
Soñé que Grecia podía ser libre
Porque, de pie, junto a las tumbas persas
No podía considerarme un esclavo»
Lord Byron

Este 25 de marzo de cumplió el bicentenario de una de las hazañas más importantes en la historia de Grecia y, por ende, de Europa, la Guerra de Independencia de Grecia, o Revolución griega, contra el Imperio Otomano, que venía ocupando las tierras de los helenos durante casi cuatro siglos.

Tras la caída del Imperio Bizantino en 1453, los turcos ocuparon muchas de las áreas que habían pertenecido a dicho imperio, incluyendo Grecia. La resistencia helena mantuvo activa la guerra de guerrillas y las escaramuzas durante toda la ocupación otomana, hasta que el 25 de marzo de 1821, liderado por una alianza de diversos capitanes y líderes militares regionales, el pueblo griego se alzó finalmente contra sus ocupantes, estallando así la Revolución griega. La lucha por la libertad de Grecia culminaría con la victoria sobre los turcos en septiembre de 1829.

Tras el 2.500º aniversario de la batalla de las Termópilas, conmemorado por los nacionalistas helenos el pasado mes de septiembre de 2020, este 200º aniversario de la Revolución griega marca una nueva efeméride digna de ser recordada y celebrada. Así, un nutrido grupo de miembros de Amanecer Dorado se reunieron en la Plaza Kolokotroni, llamada así en honor a Theodoros Kolokotronis, héroe nacional y principal caudillo del levantamiento de 1821, este 27 de marzo.

Cientos de militantes se concentraron alrededor de la estatua de Kolokotronis que preside la plaza. Allí fueron pronunciados varios discursos por parte de dirigentes del partido, quienes compararon la lucha de los héroes de 1821 con la situación que afrontan los nacionalistas actualmente. El acto culminó con la lectura de un texto enviado por el líder del movimiento, Nikolaos Michaloliakos, actualmente en prisión, y la colocación de una corona de flores a los pies la estatua, dando paso finalmente al himno nacional griego y al himno del partido.

Una vez más, y a pesar de la terrible persecución sufrida, Amanecer Dorado no faltó a la llamada del deber y honró como merecen a aquellos héroes de nuestro pasado que nos recuerdan que en otros tiempos el pueblo europeo se caracterizó por hacer bandera de valores tales como el honor, el coraje y el sacrificio.

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