Publicado originalmente en NoReporter Club.
La enérgica defensa del Azov debería deslumbrar a todo el mundo, incluso a los prorrusos.
Mariúpol podría estar viviendo sus últimas horas. El famoso Batallón Azov, ahora Regimiento, está aguantando con uñas y dientes, resistiendo más allá de toda expectativa razonable frente a un enemigo superior en términos de armamento, número y medios. Ya solo dispone de sus últimos cartuchos. La propaganda rusa y occidental lo han retratado como un grupo de mercenarios y torturadores, le han atribuido masacres. Le han llovido obscenas calumnias por parte de excamaradas: han acusado a sus guerreros de drogadictos y de nazis hollywoodienses. Su ejemplo, por otro lado, ha asombrado al mundo. Ayer, Japón, mediante una disculpa formal, eliminó al Azov de su lista de “terrorismo internacional” y lo propuso para ser citado en el libro ‘Bushido, el código del samurai’. Casi como una despedida, el Azov publicaba este video: https://youtu.be/K9XRdz3dBQc
Incluso si crees que el Azov está en el bando equivocado porque crees que Rusia está siendo amenazada desde occidente, y no que ha estado trabajando desde hace al menos quince años para apoderarse de las riquezas del subsuelo ucraniano para su propio provecho. Incluso si crees que los ucranianos y los pueblos del este miran hacia la OTAN porque están vendidos e hipnotizados, y no porque busquen refugio frente al expansionismo ruso. Incluso si has mordido el anzuelo del Dombás amenazado por un genocidio, en lugar de reconocer que es una guerra civil armada y alimentada por Moscú. Incluso si estás emocionado por el choque Rusia-América, en lugar de ver la lógica habitual de Yalta del gato y el zorro. Incluso si culpas a los ucranianos de la guerra que están sufriendo. Aunque tu identidad ya no sea expresión de afirmación sino de negación, y en la negación ya no seas más que un antiamericano. Aunque no hayas entendido que esta manera de ser antiamericano es una forma de pensar muy americana y, como buen americanizado, ya no puedas pensar sin las anteojeras… ¡Ponte en pie de todos modos y rinde homenaje a estos jóvenes indomables que están mostrando a todos lo que es el genio guerrero europeo!
No te digo que cambies de orientación, no espero que abras los ojos. Si quieres poner tus esperanzas en un Putin cualquiera, adelante. Si crees que la causa ucraniana es errónea, que así sea. Que así sea si quieres. Pero quiero recordarte tres cosas. Hace cuarenta y cinco años, para el solsticio de invierno, Giorgio Freda regaló a algunas personas, entre las que me incluyo, ‘El caballero, la muerte y el diablo’ de Jean Cau. Describía magistralmente la figura del guerrero, en la visión nietzscheana según la cual no es la buena causa la que santifica la guerra sino la buena guerra la que santifica toda causa. Julius Evola en ‘Doctrina aria de lucha y victoria’ expresó plenamente la metafísica de la guerra y el significado mismo del ciclo heroico. Al otro lado del mundo, estaba el ‘Bushido’. Cuando era muy joven me enseñaron que la revolución más profunda no era la socialización, no era el corporativismo, no era la filosofía del Estado, sino la realización del héroe, de la ‘flor del cerezo’, la eternización del espíritu de los arditi, la Guardia de Hierro, las Waffen-SS… No era tanto por qué peleaban sino cómo lo hacían. Esa fue la revolución dentro de la revolución, la base sacrificial del renacimiento. El Che Guevara también lo entendió.
Aunque sólo sea por eso o, lo que es más importante, sean cuales sean tus opiniones, tus creencias, tus pasiones, no puedes dejar de admirar y honrar a estos guerreros. Si no lo haces, significa que, sin importar lo racional de tu crítica, tu carácter es insignificante. No importa; los guerreros son para unos pocos, las mayorías se refugian detrás de ellos pero se mantienen alejadas, siempre dispuestas a rechazarlos y a negarlos. Así es como se selecciona automáticamente la humanidad. Depende de ti elegir a qué casta del espíritu perteneces: es justamente eso.