Publicado originalmente en Albanian Third Position.
Ha comenzado otro conflicto en el desierto y por todas partes han estallado opiniones diversas. En primer lugar, muchos albaneses y europeos, especialmente en los círculos nacionalistas, no han dudado en posicionarse como peones en un tablero de ajedrez. Los más apasionados son los creyentes abrahámicos, que están dispuestos a alzar la voz y a luchar por las tierras de sus amados profetas analfabetos, así como a convertirse en residentes del paraíso de los pobres, donde comerán y beberán libremente y cumplirán todas sus fantasías sexuales. También hay opiniones de ciertos sabelotodos que intentan establecer paralelismos entre nuestra nación y este conflicto, tratando de equiparar aquello que es desigual. Además lanzan, como siempre, sus inútiles ladridos los liberales moralistas que acuden a todas las causas, y cuya misión en esta vida es llorar y odiarse a sí mismos.
Al otro lado de este insignificante conflicto, tenemos nuestra postura. Preferimos centrarnos en nuestra causa nacional y los diferentes problemas de nuestro país, en lugar de convertirnos en fanáticos de unos conflictos abrahámicos que deberían ignorarse. Albania y nuestra cosmovisión laica o pagana tradicional son más que suficientes para nosotros, en lugar de ser lanzados al fuego por los beduinos y sus religiones. En Albania estamos lúcidos y serenos, con los pies en la tierra.
Por nuestra parte, les deseamos una guerra duradera.
NO NOS IMPORTA EN ABSOLUTO, NO PODEMOS EXPLICARLO MEJOR.